CRONICA PRIMERA : SHOW MAN PILOTO

Saliendo de madrugada, camina entre las sombras de resacas noctambulas que rasguñan el clásico vidrio en la puerta de enfrente; Casualidad habitual en un recorte de diario viejo.

Como si fuera un pecado el buscar diversión en la penumbra, se dirige al lugar indicado, no sin antes armar el circo que conducía hasta el abismo; El teatro callejero que la divina providencia nos envía como una tira de película vieja.

Emocionada se traslada por una quebrada de nostalgia, viaje adjudicado a las ornamentadas fachadas que pasaban desapercibidas en el día, por el automático constante que te genera el asunto de vivir.

Como siempre la presentación Showman-piloto obligatoria según dicta el libreto, funciona y la segunda parte entra al juego. 

Avanza el rollo; Se cambia la tira; Otros personajes entran en escena...




La situación tal como fue concebida, termina en una constante deidas y venidas endulzada por las espumantes sensaciones de aquellos extraños estímulos y conducentes rituales, pero hasta el más macabro de los teatros tiene un límite en lo profundo de la mente de su creador.

Empieza el conteo, una de las partes declina la mano fantasmagóricamente, vuelven los nervios irracionales. 

La hora de la verdad llegaba y los presentes estaban dispuestos a todo con tal de lograr su cometido, la noche ayudaba brindándoles una cálida respuesta a esas intrigas desvelantés.

Las burbujas ornamentadas con el vidrio de esa puerta de enfrente que no deja de llamar aminora las consecuencias, esa pequeña cosa que no se compra, esa pequeña cosa que no se da. 

Solo unos pocos entienden el verdadero significado de la concepción de realidad de los participantes, pero son muchos los que entienden las consecuencias de esas acciones...

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