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Sonría lo estamos filmando |
“Siempre soñamos con nuestros más amargos temores, pero no
siempre el trago más amargo es el peor” Siempre se puede caer más bajo…
Algo muy especial teníamos con Duroton y eso era el arte de
ser unos perfectos estropajos cuando estábamos juntos… desde angelitos de barro
hasta la Durotonada más Durotona que solo un Duroton puede imaginar.
Bicicletas y pijamas estaban a la orden del día... Ese
quiebre que se convertía en obsesión era dulce y sabroso, daba ganas de lamerlo
eternamente hasta convertirse en libélula.
Poxigalada, saciaba mis anticipados jueves-sabados al son de
♫♪
No Somos Nada ♫♪ como si fuera un caramelito de miel que sana
la tos… el me dejaba ser yo, la verdadera alimaña repulsiva que todos odiaban… la
consentía y la alimentaba con los más desagradables deseos cual adicto a la Sra
Mentanfetamina.
Resplandecientes sensaciones estaban a la orden del día…
flashabamos despiertos un mar de sangre inundado de gillettes oxidadas
dispuestas a extasiarnos.
Claro está que nuestro mar de gillettes oxidadas no era amado
por todos por lo que necesitábamos uno del otro para no ser juzgados, el todo
nos permitía ese cierre hermético que los drogadictos aman... el tapa cagadas anónimo.
Noches filosofas, pagaban la mesada al mejor estilo del Sheriff,
Homerin ni podía competir a la hora de poner la sopa en la mesa… poco a poco lo
fuimos dejando de lado hasta que ya casi ni lo cruzábamos… salvo alguna tarde
de birra x el Brownce pero solo de vecino, nada de transacciones al aire libre.
Siento tan difícil recorrer ese corredor siniestro con la
cara marchita y despintada
Las campanadas dan las 12 y recién estas empezando a cortar
la torta… ni hablar de correr las mesas y bailar el vals… eso ya es pasadas las
4 AM... ese fue el límite que nos pusimos cuando invernábamos en el DTO noches
y noches. Ahora tomamos taxi.
Incursionamos en los tumultos de gente para sentirnos vivos…
y
nos desafiábamos a nosotros mismos a dejar la agorafobia de lado, algunas veces
logramos el efecto deseado y otra veces un sidoso resentido sentía la necesidad
de sentirse aceptado y nos fastidiaba la noche… pero esas eran las menos... no hace
falta que les explique que les pasa a los sidosos verdad?

Serás Larralde del Campo River… pero te copas. No entiendo por
qué tanto odio, vanidad, celos, rencor, demasiada negatividad para algo tan hermoso…
En fin… fumando un charito hoy te dije que iba a escribir
sobre nosotros y me salió SALUTE! Tómalo de quien viene.
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