Tanta hipocresía la había aburrido, cuando la víctima se convierte en el victimario el juego deja de ser divertido, pierde color, se vuelve gris, y abstracto, eso que tanto la había atraído en un primer momento de ese malabárico arlequín ahora le jugaba en contra, solo la alejaba aun mas.
Movidas y venidas era lo único que los unía, la fragilidad cognoscitiva del individuo solo fomentaba los arranques de ira, los vidrios rotos estaban a la orden del día, la situación era insostenible, constantemente sentía que debía huir, que debía estar cansada de algo.
Un buen día el Duendecillo Rastafario peco de infeliz que era y mágicamente la fabula giro su rumbo…
Cual Gato desaliñado, correteaba por los tejados en búsqueda de saciar esa sed de amor que no sanaba, sentía que si se dormía quizás moriría, caería por ese abismo intangible que la separaba de las sabanas blancas y las camisas de fuerza, no podía darse el lujo del sueño, no podía detenerse siquiera a pensar…. Cálidamente reposaba en los pastizales encandilada con el reflejo del vidrio de la facultad, todo giraba a su alrededor tal como estaba acostumbrada, cuando de pronto ese llamado llego, era el… allá estaba después de tanto años emprendiendo su regreso del fracaso más rotundo, ese gatillazo que jamas se dio, ese que siempre anduvo trastabillando antes de fracasar… sintió que entendía de que trataba, la similitud de la trayectoria de la bala era asombrosa, casi un espejismo… entre idas y venidas como era de esperarse en el circo de los atolondrados, llegaron al confín mas enfermo e intoxicante que pudieron encontrar…
Las grietas en el camino lo hacían intransitable, hasta el más experimentado caballero hubiera dudado en atravesar ese camino rodeado de frondosas espinas sangrantes de tanto odio y rencor... En menos de lo que una burbuja pierde su encanto allá estaban ellos uno en cada punta del destino, renegando de la existencia del otro, mas muchos fueron los actos fallidos sucesorios que los llevaron a estar uno en cada punta del pañuelo, pero cansada de enumerar solo las nébulas mentales, me dirijo a otro aspecto del relato, casi teatral, casi pintoresco…
Un buen día el mensajero llego, anunciando que el caballero negro solicitaba noticas y enviaba las buenas nuevas, estaba consiente aunque aun recuperándose en las entrañas oscuras y húmedas de su castillo de esa herida mal curada atribuida a un flechazo venenoso que en la última batalla había recibido de manos de la hechicera mayor del reino del hielo…
De inmediato acudió a su presencia, sabía por más advertencias
que había recibido que esa era la decisión que siempre había querido tomar, no le cerraba la respuesta recibida anteriormente, sentía que era caprichosa y retrograda, consideraba que tanta magia merecía un final más acorde a la situación y no tan como era costumbre que terminaran estos temas en su vida… cuan equivocada estaba la gata flora, siempre pensó que su condición de alimaña callejera la eximia de todo penar, nunca estuvo tan equivocada, las extrañas heridas que produce un cuchillo sin filo, son mucho más dolorosas…
Capricho, capricho, maldito capricho!...
Rompiose la cabeza contra la pared una y otra vez,
quien no quiere entender razones…
Rompiose la cabeza una y otra vez,
quien no quiere reconocer la derrota,
Rompiose la cabeza una y otra vez,
quien no escucha a nadie más que a si mismo….
Rompiose la cabeza una y otra vez,
quien quiere comer con la mente y brindar con los pies…
De todas formas ahora nébula mas tranquila, revolotea por el bosque atormentando a los caballeros que aun divisando las horrorosas espinas deciden emprender la marcha por ese tenebroso sendero, solo le queda eso, el conformarse con el todo que la trasforma en NADA.